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Una parodia posmoderna clásica

Aunque ya bajó de cartel, Electra Shock resultó la propuesta más interesante del Festival de Teatro Griego organizado por la Fundación Konex.

Desde que ingresamos a la sala se nos advierte que lo que vamos a ver no es teatro griego de túnica y coturnos. Nos recibe el coro con minúsculas prendas de cuero bailando música electrónica mientras se proyectan diapositivas que presentan a cada uno de los actores y agregan comentarios del director.
Es la voz chillona del propio Muscari quien pide apagar los teléfonos celulares y aprovecha para advertir que la puesta tuvo que ser modificada. Nos recuerda que estamos sentados en “butacas ignífugas” pero que la experiencia hubiera sido otra si la Ciudad de Buenos Aires hubiera habilitado el galpón previsto por Konex para este festival. Termina su intervención con un “¿Fal, empezamos?”
La propuesta de Muscari sigue los parámetros de toda buena parodia posmoderna clásica. Por empezar, todo nos recuerda que estamos en el teatro. Las actrices son llamadas por sus nombres: Fal, Vallina, etc., hacen bromas sobre el vestuario y utilizan un micrófono para romper la monotonía de ciertas escenas. El coro funciona dejando ver el procedimiento: son apuntadores, utileros, asistentes. En todo momento se sigue la tragedia de Sófocles pero se le sobreimprime la mirada posmoderna.
Es Clitemnestra la encargada de justificar esa inclusión de la música electrónica en el texto de Sófocles cuando sostiene que para que haya tragedia es necesario un mundo con reglas claras, algo que ya no es posible en este tiempo. Electra Shock termina con un apoteótico número musical (coreografía y fuegos artificiales incluidos). Si Muscari prometía “tragedia show y alto voltaje”, podemos decir que cumplió con creces.

Electra Shock
Dramaturgia y dirección José María Muscari
Con: Carolina Fal, Luciano Suardi, Stella Galazzi, Julieta Vallina, Horacio Acosta, Mercedes Scápola Morón, Guillermo Arengo.
Coro: Analía Nuñez, Martín Urbaneja, Juliana Muras, Federico Amador, Dolores Fernández, Pablo Kocacs.
Teatro Lorange

1 comentario:

Obelix dijo...

María,

Me hubiese gustado ver esta obra.

Atte.