martes

maría y sus hermanas

Finalmente, mi hermana se cansó de su romeo musulmán y lo cambió por una ducha de hotel y una cerveza bien fría. Así terminó sus vacaciones en Egipto. Volvió ayer. Le respeté el jet lag y mañana la voy a visitar.
Siempre tuvimos una relación complicada. Es la típica hermana del medio (aunque en ella nada resulta típico). Creo que ahora estamos en nuestro mejor momento.
Me pasé toda la infancia tratando de conservar mis juguetes lejos de sus manos destructoras. Los cumpleaños eran cuando se ponía peor. Si no abría mis regalos, directamente me los rompía sin desenvolver.
Me pasé toda la adolescencia amenazada por su belleza y rebeldía. Yo vivía acomplejada; ella, rompiendo corazones.
Después tomamos caminos distintos. Ella quedó embarazada. Yo empecé a vivir sola, después a estudiar.
Ella se fue a vivir a Tres Arroyos. Tuvo otro hijo. Consiguió varios trabajos, otros novios, otros amigos (no siempre en ese orden).
Yo me quedé acá, cambié de carrera, con el tiempo empecé a trabajar, me casé... qué sé yo, seguí mi vida.
Hay veces que me vuelve loca, que me despista con sus opciones delirantes, que no la entiendo.
Otras, me sorprende con su buen corazón e ingenuidad. Estoy intrigada por saber cómo le fue y qué nos deparará el destino, en esta nueva etapa post-egipto.

1 comentario:

marina dijo...

estaría horas leyéndote. me encanta cómo escribís.