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Los noventa en la intimidad


“Soy Rocío, no lluvia”, pequeña, vulnerable, así se siente Rocío. Mientras se prepara para las Olimpíadas matemáticas de Mar del Plata, sobrevive a golpizas de sus compañeras, a enamoramientos prohibidos y al cariño caótico de Tina, su madre, tan joven y desorientada como ella. Corre la implacable década del noventa. ¿Cómo narrar las marcas de una sociedad que está cambiando? ¿Cómo dar cuenta del liberalismo que está en todas partes? En Soy Rocío una televisión eternamente encendida lo advierte: fragmentos de Polémica en el bar, la estridente voz de un muy joven Marcelo Tinelli, un discurso del entonces presidente Menem hablando chapuceramente de la revolución productiva se entrecruzan y dialogan con lo que vemos en escena. La cocina del departamento, que conoció tiempos mejores, es el centro por el que transitan estos seres. Ellos también muestran en sus cuerpos los embates de la época.
Verónica Schneck elige mostrar escenas pequeñas y cotidianas. Nos hacemos una idea de quién es quién a través de los detalles. Un realismo ajustado nos convierte en espías más que en espectadores. Los vínculos quedan expuestos sin necesitar mayores explicaciones. La misma autora encarna a Tina, una madre joven y soltera, con una constelación de familiares. Tina es una luchadora pero se le están acabando las fuerzas. Es ahora o nunca que debe arrancar con su vida. Quiere poner un negocio y anhela para su hija un futuro mejor. Sabe que Rocío tiene talento y debe cuidarla. Es su posesión más valiosa. Sin embargo, no la puede proteger: ni fuera de su casa, ni adentro siquiera.
Rocío, interpretada por Sofía Lewkowicz, está tan rubia platinada como su madre y, como ella, las marcas de la tintura crecida ya son innegables. ¿Otro signo del fin de una época? Claudia Mac Auliffe se luce como Pauli, la novia del padre de Tina. También circulan el ex, el hermano y la vecina a punto de casarse. Todos se entrecruzan y se enciman. Y hasta se superponen las voces de todos mientras comen fideos con salsa en una cena familiar.
Lo más conmovedor de Soy Rocío está en esa oscilación. Ese mandato a “salvarse”, en cifrar en la más joven la posibilidad de un futuro mejor sin poder modificar en nada las condiciones que llevaron al fracaso. Frente a la violencia de su entorno, Tina le pide a su hija que se defienda pero el consejo es infantil e inútil. ¿Qué asegura que Rocío podrá abrirse paso allí donde Tina quedó entrampada? En el ambiente se percibe que algo se está terminando. Soy Rocío resulta así una lectura sensible y profundamente política de una década que sabemos terminó en tragedia.



Ficha técnica:
Obra: Soy Rocío
Dramaturgia: Verónica Schneck
Actuan: Nahuel Cano, Luis Gasloli, Sofía Lewkowicz, Claudia Mac Auliffe, Marta Pomponio, Verónica Schneck, Adrián Silver
Dirección: Diego Echegoyen, Verónica Schneck

Web: http://soyrocioteatro.blogspot.com
TEATRO ANFITRION
Venezuela 3340 (mapa)
Capital Federal - Buenos Aires - Argentina
Teléfonos: 4931-2124 // 1530046545
Web: http://www.anfitrionteatro.com.ar
Entrada: $ 40,00 y $ 25,00 - Sábado - 23:15 hs - Hasta el 04/12/2010


publicado en Cultura, de Tiempo Argentino, 28/11/2010